También el segundo proceso terminó con una sentencia exagerada: 6 meses de cárcel con libertad condicional.
Al procesado se le acusa que el sábado, 8 de julio de 2017 a las 9:50 horas, cerca de la estación Dammtor, estuvo en camino directo a la manifestación “G20 Not Welcome”. En su mochila se encontraron entre otras cosas un espray de pimienta, unas gafas de bucear y pequeños petardos (con examen de calidad de la UE, pero sin el sello de calidad alemán). Además llevaba consigo 2 canicas y un mechero.
Con esto dicen que ha infringido las leyes sobre la reunión, sobre las armas y sobre explosivos.
Fue controlado y detenido por oficiales de una centuria de Hamburgo que hizo una “pausa vigilante” y controló personas “que llamaban la atención”. La mochila del acusado, relativamente grande para usarla en una manifestación, y los rastas de su acompañante le parecieron “raros” a uno de los policías.
El acusado (polaco) explicó todo esto detalladamente: en realidad no quiso ir a la manifestación – que empezó 70 minutos más tarde en un lugar que según el juzgado podría haber alcanzado en 27 minutos a pié. En realidad quiso ir a la estación Dammtor – en una distancia de 3 minutos. En cuanto a los objetos explicó que el espray de pimienta lo tenía encima porque estaba viajando a España haciendo autostop para visitar amigos – por eso también las gafas de bucear. Allí, por la alegría de volver a verse después de mucho tiempo, quiso encender los petardos. El mechero lo tenía porque fuma. Las canicas son una memoria familiar, su hermana y su madre también llevan consigo tales canicas. No sabía que tanto el espray de pimienta como los petardos – ambos legales en Polonia – son prohibidos aquí.
La fiscalía y el juzgado solamente le creyeron la explicación acerca de las canicas, sobre todo porque la madre, de testigo, explicó de manera congruente el origen y sentido de estas. El resto de su declaración consideran inverosímil, creen que estaba de camino a la manifestación.
Fiscal general Elsner pidió 6 meses con libertad condicional. Su alegato no tenía mucho que ver con el proceso concreto. En lugar de eso habló de graves disturbios durante el G20 y la muy fundadamente agravada legislación. El básicamente nuevo §114 y el ahora más rígido §125a de “schwerer Landfriedensbruch” (grave perturbación del orden público) – se redujeron las condiciones para aplicar este párrafo – fueran la voluntad declarada del legislador. Dijo que pasó mucho más frecuentemente que en manifestaciones se tiraran piedras y botellas a policías. Y estos excesos de violencia también afectaran a ciudadanos.
El acusado tendría que dar las gracias a los policías que lo detuvieron – si hubiera tirado algo, pasaría más tiempo en prisión.
El juez siguió en su juicio a las demandas del fiscal.
Para el acusado significa lo siguiente: Está libre y puede residir y estar donde quiere. Pero durante los próximos dos años tiene que informar sobre los cambios de dirección o cambios económicos. Y durante este período no debe cometer ningún delito, en caso contrario tiene que cumplir la pena de cárcel.