Informe breve sobre el segundo proceso del G20, el martes, 29. agosto

También el segundo proceso terminó con una sentencia exagerada: 6 meses de cárcel con libertad condicional.
Al procesado se le acusa que el sábado, 8 de julio de 2017 a las 9:50 horas, cerca de la estación Dammtor, estuvo en camino directo a la manifestación “G20 Not Welcome”. En su mochila se encontraron entre otras cosas un espray de pimienta, unas gafas de bucear y pequeños petardos (con examen de calidad de la UE, pero sin el sello de calidad alemán). Además llevaba consigo 2 canicas y un mechero.

Con esto dicen que ha infringido las leyes sobre la reunión, sobre las armas y sobre explosivos.

Fue controlado y detenido por oficiales de una centuria de Hamburgo que hizo una “pausa vigilante” y controló personas “que llamaban la atención”. La mochila del acusado, relativamente grande para usarla en una manifestación, y los rastas de su acompañante le parecieron “raros” a uno de los policías.

El acusado (polaco) explicó todo esto detalladamente: en realidad no quiso ir a la manifestación – que empezó 70 minutos más tarde en un lugar que según el juzgado podría haber alcanzado en 27 minutos a pié. En realidad quiso ir a la estación Dammtor – en una distancia de 3 minutos. En cuanto a los objetos explicó que el espray de pimienta lo tenía encima porque estaba viajando a España haciendo autostop para visitar amigos – por eso también las gafas de bucear. Allí, por la alegría de volver a verse después de mucho tiempo, quiso encender los petardos. El mechero lo tenía porque fuma. Las canicas son una memoria familiar, su hermana y su madre también llevan consigo tales canicas. No sabía que tanto el espray de pimienta como los petardos – ambos legales en Polonia – son prohibidos aquí.

La fiscalía y el juzgado solamente le creyeron la explicación acerca de las canicas, sobre todo porque la madre, de testigo, explicó de manera congruente el origen y sentido de estas. El resto de su declaración consideran inverosímil, creen que estaba de camino a la manifestación.

Fiscal general Elsner pidió 6 meses con libertad condicional. Su alegato no tenía mucho que ver con el proceso concreto. En lugar de eso habló de graves disturbios durante el G20 y la muy fundadamente agravada legislación. El básicamente nuevo §114 y el ahora más rígido §125a de “schwerer Landfriedensbruch” (grave perturbación del orden público) – se redujeron las condiciones para aplicar este párrafo – fueran la voluntad declarada del legislador. Dijo que pasó mucho más frecuentemente que en manifestaciones se tiraran piedras y botellas a policías. Y estos excesos de violencia también afectaran a ciudadanos.
El acusado tendría que dar las gracias a los policías que lo detuvieron – si hubiera tirado algo, pasaría más tiempo en prisión.

El juez siguió en su juicio a las demandas del fiscal.
Para el acusado significa lo siguiente: Está libre y puede residir y estar donde quiere. Pero durante los próximos dos años tiene que informar sobre los cambios de dirección o cambios económicos. Y durante este período no debe cometer ningún delito, en caso contrario tiene que cumplir la pena de cárcel.

Informe breve sobre el tercer proceso el viernes, 8 de setiembre de 2017

Aunque el presidente del juzgado anunció que por las medidas de seguridad locales todos los procesos tendrían lugar en Sievekingplatz, este proceso se dio en el juzgado municipal de Altona. Pero también este proceso terminó con una sentencia demasiado alta. La fiscalía acusó al acusado de 21 años de haber tirado 6 botellas en dirección de agentes de la policía en el Fischmarkt directamente después del ataque de la policía a la manifestación, y, además, de haber resistido a su detención. Después de que el juez explicó claramente que el acusado no tenía que expresarse, y que eso no se podría usar contra el, así que el solamente tendría que decir algo si quisiera – siguió una declaración amplia del abogado del acusado. Después este se explicó en gran parte. Dijo que solamente había venido al G20 para encontrar a una chica que había conocido unos días antes en un festival. Había estado consciente de que el G20 no tendría solución y por eso originariamente no había querido demonstrar. Llevaba una camiseta blanca en la que estaba escrito quién era y a quién buscaba. Entonces cuando la manifestación fue atacada y él vio como agentes de la policía aporreaban a mujeres y hombres que ya estaban en el suelo, contagiado por la empatía se enojó. Le gritó a los agentes, que le respondieron tirándole espray de pimienta en la cara, entonces huyó a un alto. De ahí fue que se lanzaban cosas, pero él durante esto no podía ver mucho, por el espray de pimienta – había querido impeler a los agentes de cambiar su manera de pensar. Dijo que en los últimos dos meses que pasó en arresto, había aprendido mucho sobre la soledad y que nunca más quisiera llevarse a si mismo ni a su familia a tal infierno. Estaba consciente de su ignorancia y policías también son seres humanos. El juez acentuó que le parecía – no como al acusado – importante demonstrar y manifestarse, para que la política no pudiera hacer lo que quiera. – Hubiese sido lindo, si el acusado también hubiese mostrado empatía para los agentes que tenían que estar allí. A la fiscalía le parece que los actos de los que está acusado el acusado fueran violencia sin sentido y una manera de actuar descontrolada, aunque obviamente no había venido a Hamburgo para participar en disturbios. Por eso pidió 1 año y 6 meses de libertad condicional con una duración de la libertad condicional de 2 años. El abogado no pidió ninguna pena concreta, pero una clara reducción de la pena y de la duración de la libertad condicional a 1 año. El juez condenó al acusado a 1 año y 5 meses de libertad condicional con una duración de la libertad condicional de 2 años, y además a 500 € de multa para las “viudas y huérfanos de la policía”. Le parece que el acusado es simpáticamente ingenuo, también en la manifestación hubiera sido mas bien un “ave de paraíso” con su camiseta y una mochila color rosa. Había visto injusticia, lo que lo había llevado a cometer también una injusticia – el juez no podía excluir que también hubo injusticia del lado de la policía. Pero dijo que estaba equivocado responder a la violencia con más violencia. Y también la protección completa de la policía no los hacía invulnerables. La resistencia opuesta había sido mas bien “normal”. Prevención general no sería necesaria.

„Estos procesos no pueden ser más políticos.“ – Declaración de la campaña „United we stand!“ acerca de los primeros procesos del G20 el 28 y 29 de agosto de 2017

Los procesos del 28 y 29 de agosto contra supuestos delincuentes en relación con las protestas contra la cumbre del G20 en Hamburgo comienzan con acusaciones de obvia motivación política. La campaña „United we stand!“ convoca a manifestaciones, en ambos días delante del juzgado municipal en Sievekingplatz.

En el primer proceso, el 28 de agosto, comparece ante el tribunal un joven de los Países Bajos. Lo acusan de perturbación grave del orden público, resistencia y lesión física. Las pruebas parecen ser sorprendentemente débiles. No se presenta material fílmico o fotográfico, solamente dos policías habrán de atestiguar los supuestos delitos. Esto parece inconcebible, en vista de la extensa documentación fílmica de las protestas contra la cumbre del G20 por parte de la policía. A pesar de esto, el neerlandés está en prisión preventiva desde principios de julio.

El acusado en el segundo proceso es ciudadano polaco. Fue detenido muy lejos de todas las protestas y está en prisión preventiva desde principios de julio por recriminaciones poco sostenibles — vista la construcción de la fiscalía, que solamente le atribuye futuros delitos posibles, es un escándalo en política legal.

“Un proceso no puede ser más político”, comenta Kim König para la campaña “United we stand!” La fiscalía sostiene en serio y delante de todo el mundo que cuando una persona tiene canicas encima y se encuentra en una ciudad, donde en alguna parte tiene lugar una manifestación, necesariamente tiene que ser un delincuente peligroso. Esta acusación fantástica, pero también la obstaculización de la defensa en el centro de recogida de presos (Gefangenensammelstelle) y la violación de los derechos del preso en la carcel Billwerder son pruebas para la voluntad absoluta de persecución del estado. Quieren presentar convictos, y a cualquier precio. Para esto actúa según un “derecho penal del enemigo”: Una prisión preventiva tan desproporcionada no solamente les impusieron a los dos ahora inculpados, sino a muchos de los ciudadanos no-alemanes detenidos durante la cumbre – y casi solamente a ellos.

El hecho de que en el primer proceso contra el joven neerlandés la presidencia la tiene el juez Johann Krieten, hace temer un juicio exageradamente duro. En los años pasados Krieten más de una vez había adoptado una línea dura. Estas acusaciones y estos procesos serán una demonstración de fuerza del aparato. A esto oponemos nuestra resistencia jurídica y política, y nuestra solidariedad. En este proceso del G20 como en todos los que siguen. No dejamos sólos a los acusados. Venid a las manifestaciones el 28 de agosto a las 9:00 y el 29 de agosto a las 10:00 delante del juzgado municipal.